Esta noche no…

Quise gritar y me quedé sin voz...
Quise correr y no tenía las piernas...
Me atrapó la oscuridad y los demonios danzaron a mi lado

en cortejo de muerte.
De pronto el dolor traspasando mis huesos

y la estaca clavada en mi pecho. 
El desgarrador grito a lo lejos despertó mis sentidos.
Abrí mis ojos y la vi,

parca y sonriente,

estiró su mano invitándome al banquete.
Dije que no...

Todavía no...

Esta noche no será mi muerte.

Noemi Mocco

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Ven pronto

¿Por qué no vienes a aquietar mis miedos?
¿Por qué no vienes para calmar mis dudas?
¿Por qué te quedas en ese lugar

que sólo te perturba?

¿Acaso no ves que somos frágiles en la distancia que solo  

nos muestra fantasmas rondando nuestros sueños.
Deja todo y ven pronto, 
Aquí te espero...

Noemí Mocco 

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Pedazos de vida

María se arrodilló, juntó con mucho cuidado los pequeños pedazos de su vida desparramados por el suelo.

Trató de no lastimarse mientras los iba reuniendo en una caja grande que Omar le regalara días atrás.

Muchos ya no servían, estaban hechos añicos.

Otros ya casi los había dejado en el olvido.

Decidió guardar entonces solo los pedazos que le hacían bien,

los que le daban alegría, los otros, que más daba,

los desechó tirándolos a la basura, de nada servían.

Ahora solo quiere vivir plena de paz, y Omar se la brinda,

con su amor y sus atenciones con las cuales se siente una reina,

una absoluta reina.

Guardó esa caja con infinita ternura y compró una mucho más grande.

La forró de esperanza,

allí piensa guardar todos los momentos que vivirá de ahora en más.

Se encuentra de pie, dispuesta a caminar confiada,

no está sola, a su lado… él… Omar,

quien la sostiene, la abraza y le da todo ese amor que ella devuelve enamorada.

Noemí Mocco

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