SENTIMIENTOS DEL ALMA Sentimientos… Los tuyos, los míos. Sentimientos que abrazan, sentimientos que

martes, 6 de diciembre de 2016

EL DUENDE


El duende recorrió la habitación de lado a lado, pequeño, curioso, con aspecto de viejo, como todo duende enigmático.
Miró al hombre dormir, con un sueño tranquilo luego de noches de insomnio, recostado sobre su lado derecho.
Se paró frente a él, contemplando desde su estatura,
ese rostro plácidamente dormido.
Se metió en su mente, provocando sueños inconscientes,
sueños que trastornaron la mente de este varón quien al despertar se volvió desconfiado, reticente. Tal era la suspicacia y el recelo de este señor,
que evadía hasta su propia felicidad.
Su prudencia era tan extrema
que la felicidad estuvo frente a él
y no la supo ver. 
Se quedó sólo, aguardando a quien no tuviera pasado,
ni defectos, ni errores, esperaba a alguien puro e inmaculado.
Los años pasaron y la soledad lo abrazó para nunca más soltarlo.
Cada noche mientras duerme, todavía lo visita el duende,
condicionando su mente con malicioso altruismo,
satisfecho de ver que ha podido al igual que él,
desterrar a este señor de su gente, para tenerlo como consuelo, hundiéndolo cada vez más en su propia desazón,
para que sienta el castigo de sus errores,
no permitiéndole reaccionar,
haciendo que dejara ir a quien lo amó de verdad
y muriendo poco a poco cada día,
mientras el viejo duende, descansa a su lado.

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LO QUE IMPORTA

Cuando te das cuenta de lo que realmente vale la pena,
existen muchas cosas que quisieras borrar de tu pasado.
Cuando quien está a tu lado te hace reflexionar sobre lo vivido
entonces ahí,
decides luchar por lo que verdaderamente quieres y te importa,
dejando de lado a quienes pasaron por tu vida haciéndote mal.
Muchos de los que aparentan ser buenos,
no lo son tanto.

NOEMÍ MOCCO

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DOLOR

Cuando en un segundo todo puede cambiar, volviéndose negro y amenazante. 
Donde los sueños se bloquean rompiéndose en mil pedazos.
Se rasgan lacerantes las heridas sanadas, 
porque tus garras de lobo las vuelven a marcar.
Y me estremezco, me mimetizo con las lágrimas que lavan mi triste realidad.
¿En qué esquina se escondió el sol que ya no quiere jugar conmigo?
Son alaridos de profunda humillación las que lamen mis entrañas metiéndose en los huesos la duda de tu perdón.
Me quedo congelada, y tiemblo, se sacuden mis sentimientos en cóctel de desolación y vuelvo a preguntar ¿dónde se escondió el sol? dejando mi vida con amenazantes nubarrones que no dejan ver tu mirada interrogante.
¿Cómo se dibuja el dolor transmutante? ¿Qué tamaño tiene?
¿Acaso cabe dentro de la razón? 
¿Es desopilante, decir la verdad sin mentiras donde la vida 
se escapa en la tangente de tu veredicto?
¿Cuál es el papel donde debo escribir mi epitafio? 
¿Dónde coloco el dolor que se mide desde la vereda de enfrente?
¿Acaso existe ese lugar? 
¿Con que tabla se mide el dolor de los demás cuando no se conocen los factores? 
¿Qué resultado tiene la sospecha y la duda? 
¿Porque justamente tú,
eres quien quita el sol de mi vida que se vuelve ocaso sin su luz?
Quiero crecer en espacio dentro de tu herido corazón, 
saltar las vallas que faltan para ganarle al dolor 
y adormecerme como niña con arrullos de arrorró 
para soñar que el sol jugó a las escondidas,
hasta que la Luna lo encontró para creer que la canción de cuna 
fue el nacimiento tímido de mi voz, 
que te llama incansable hasta quedar muda, 
para que hablen los ojos del corazón.


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lunes, 5 de diciembre de 2016

CONFÍO



Camino por un sendero lleno de flores,
Me aferro fuerte de tu mano, me dejo llevar.
Mis días grises ya son un recuerdo que olvido,
Renace mis ansias, convierto a mis penas en dulce esperanza.
Mis ojos se nublan por tanto que recibo,
Demasiada abundancia después de tanto vacío.
Confío, sueño, percibo, que este sendero que tránsito es real.


Noemi Mocco 
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