SENTIMIENTOS DEL ALMA Sentimientos… Los tuyos, los míos. Sentimientos que abrazan, sentimientos que

martes, 1 de noviembre de 2016


CAMINOS NUEVOS.


Miro el camino transcurrido, entre piedras y espinas,
he quitado con esfuerzo cada obstáculo que me impedía avanzar,
he curado las heridas que rasgaron las cruentas realidades que me ha tocado transitar.
Se me opacó la mirada por tan triste deambular.
Se me borró la sonrisa de tanto llorar.
Se vació la fuente de las alegrías con tanto pesar,
hasta callaron los pájaros al perderse mis alas para soñar.
Se aquietaron mis latidos y en su lento palpitar,
creyeron morir un poco cada día sin cesar.
Cuando el último suspiro marcaba mi final,
apareció lo inesperado, lo que pensé perdido ya.
Fue tu foto en la pantalla, tu sonrisa, tu mirar,
fue tu voz en el teléfono la que me comenzó a inquietar.
Cuando al fin llegó ese día de encontrarnos así sin más,
sin compromiso agregado todo comenzó a cambiar.
No sé si fueron tus versos, tus caricias o tus besos que lograron despertar,
aquella mujer que en su letargo parecía muerta ya.
Poco a poco se desperezó mi alma, para comenzar a soñar,
volvieron a trinar las aves un canto de libertad.
Me atreví tímidamente abrir mi corazón,
y te adueñaste sin reparos de toda la situación. 
Ahora vivimos este pacto de infinito amor,
lo tuyo, lo mío, lo nuestro, compartido todo de a dos.
Siento que es tiempo de cosecha, por todo lo que sembré,
que la vida siempre devuelve ciento por uno la mies.
Estás allanando el camino por donde hemos de andar,
estás endulzando mi vida, con simpleza, con bondad.
Hoy después de tantos golpes que tuve que afrontar,
la vida me sorprende con felicidad.
Tú le das sentido a esta vida, borraste mi soledad,
abriste caminos nuevos, mis ojos volvieron a brillar,
dibujaste una sonrisa pintando cosquillas para volver a jugar
y soñar que es posible amarnos y comenzar a caminar,
construyendo un mundo nuestro, solo nuestro y de nadie más.

Noemí Mocco    Derechos Reservados

lunes, 31 de octubre de 2016

DE CORAZÓN A CORAZÓN
                                                                          

Mi pasado está vedando mis sueños presentes y el recuerdo retuerce mis entrañas.
¿Cómo borrar tan malos momentos si fui cómplice de arrepentidos hechos?
Dicen que la soledad muchas veces es mala consejera, y creo que para mí fue maquiavélicamente retorcida condena.
Confesar lo vivido fue lacerando mis entrañas, lastimando las tuyas que ya tenían heridas marcadas.
Si supieras como costó sacar afuera cada palabra, un abecedario balbuceado y salpicado de barro y profunda miseria.
Apurabas la verdad, ansioso y sufriente, yo la retrasaba, no por mentirosa sino porque costaba parir las palabras reviviendo momentos que debía de desenterrar.
Me costó mucho guardar lo prohibido, me costó mucho bloquear la verdad, necesité enterrarlo bien lejos para poder seguir andando con un poco de paz.
Pero la paz no estaba en mi alma, porque me culpaba, no perdonaba esa realidad. Crucifiqué mis sentimientos creyendo que ya nunca podría amar.
¿Qué es el amor? Me preguntaba. ¿Por qué nadie me puede amar? Pero sabía que si ese amor aparecía, tarde o temprano contaría lo que no quería contar.
Pasó mucho tiempo, ya ni recordaba lo que dejé atrás, si bien mi alma sangraba arrepentida de su necedad.
Tuve que revivirlo con mucho dolor y vergüenza para poderlo contar, por qué no me gustan las mentiras y el esfuerzo de sacarlo afuera nuevamente me hacía mal.
Ya saqué todo afuera, ya nada más oculto está, solo quedan las cicatrices que me marcarán las huellas que no debo desandar.
Ya no tengo que enterrar nada, ya nada hay que deba enterrar. Ahora camino liviana, no hay mochilas que cargar. Solo quiero a tu lado compartir mi soledad, recorrer caminos nuevos, sin nada que ocultar.
Ser la luz que te ilumine y seas mi sol en este andar, caminar sobre las aguas sin miedo a podernos ahogar, volar como los pájaros con alas de libertad.
Entrelazar los corazones para tener una sola alma nada más. Quiero amarte y que me ames  siendo pacto de eternidad, por el tiempo que vivamos en este mundo real. Pero quiero un mundo solo nuestro, hecho de felicidad, aunque digas que la felicidad no existe, la podemos inventar.
Inventemos nuestro mundo, tuyo y mío y verás, que los sueños si queremos pueden hacerse realidad.
Te propongo lo intentemos, corazón a corazón, mirándonos a los ojos para descubrir que lo nuestro, es verdadero amor.


NOEMÍ MOCCO       D/R


                             
                                                                                          SUMISA
                                                               

                                                
Detrás de aquella carita feliz, había una historia de decepciones. María la veía jugar con la inocencia propia de la infancia. Andy reía a carcajadas contagiando a los que la miraban, con sus nueve años ya conocía la desilusión y los agravios.
Su padre, alcohólico, defenestraba las ilusiones y los sueños que su hija tenía.
María, no sabía cómo poner fin a aquellas afrentas que lastimaban en demasía a su pequeña hija, quien siempre esperó de su madre la reacción lógica de una leona para defenderla. Pero María, se mantenía sumisa haciendo muy poco para salvar a su hija de las sin razones de su esposo.
Pedro siempre fue manipulador, en su ego de hombre superior anidaba un cruel sentimiento que lo volvía un ser despreciable en su hedor a vino barato.
¿Cómo podía olvidar María años más tarde la oportunidad que tuvo para terminar con aquella tortuosa realidad?
Aquella tarde Pedro regresó totalmente descompuesto y en delirante sopor. Se sentó en una silla, en la cocina de aquella casilla de dos ambientes y allí sentado, el vómito comenzó a brotar de su boca sin esfuerzo. María veía caer tan asquerosa secreción que se deslizaba lentamente por el pecho de su esposo bajando por el abdomen concluyendo su recorrido en el piso.
Sus hijos estaban por volver, María no podía permitir que vieran tan denigrante espectáculo, debía pensar rápidamente la solución a la situación. Tomó entonces un fuentón con agua, y comenzó a estrujar una esponja sobre la cabeza de Pedro para que el agua vaya arrastrando el vómito al suelo. Luego con un secador fue escurriendo el agua hacia afuera, intercalando el tortuoso episodio con sus propios vómitos producidos por semejante hecho.
El piso comenzó a inundarse, mezcla rara de agua jabonosa y suciedad.
Con esfuerzo María arrastró a Pedro hasta la cama; lo depositó con mucha impotencia y bronca, levantó un poco el colchón para sacar debajo el arma que él solía guardar, la observó, puso el cargador en aquella nueve milímetros, como una autómata siguió todos los pasos que él una vez le enseñara, deslizó hacia atrás la corredera hasta que una de las balas entró en la recamara, apuntó a la cabeza de su esposo pensando que aquella decisión sería una buena solución a sus males, pero su mano comenzó a temblar y María pensó en sus hijos, en la consecuencia de aquel acto, y sin dejar de temblar bajó el arma, la descargó, la volvió a su lugar y se dispuso a limpiar la cocina para esperar el regreso de sus hijos.
Así la encontraron, en silencio, sentada en la cocina para decir solamente…

-        Papá está durmiendo…


                                                          NOEMI MOCCO        Derechos Reservados.
                             SENTIMIENTOS DEL ALMA   






Sentimientos… Los tuyos, los míos. Sentimientos que abrazan, sentimientos que alejan, sentimientos que alegran  o entristecen, los que marcan, duelen y lastiman, los que odias y aborreces. Sentimientos buscados, perdidos, encontrados, sentimientos rechazados y olvidados. Sentimientos puros, compartidos y también los prohibidos. Sentimientos egoístas, perversos, maltratados, destrozados. Sentimientos nuevos, de esperanzas, de sueños. Sentimientos de un amor.