Matarte es poco. 

Te ríes de mí como si yo fuera un pasatiempo en tu soledad. Un poco de diversión en esa cama fría. Fría porque ya no estoy dispuesta a darte mi calor. Sólo jugaste un juego cruel y sucio. Cruel porque no te importaron mis sentimientos. Sucio porque te daba igual estar conmigo y con otra al mismo tiempo. No entiendo como pude dejarme seducir por alguien tan perverso, simulando un ser tierno, cuando en lo oscuro de tu ser se escondía lo que realmente hoy sale a la luz sin miramientos. Te ríes, te crees el macho al que se le debe rendir honores. Pobre infeliz, que dé tu hiel te relames saboreando el placer de lo prohibido. Que tonto eres, mutilar así tu vida. Mutilar sí, porque vas desmembrando tu alma hasta agotar lo que tienes. Tan agotada quedará tu existencia, que no tendrás nada, porque nada ni nadie estará a tu lado al final del camino, y será en ese justo momento que la vida cobrará su venganza por todo lo que me has hecho. Entonces seré yo la que ría satisfecha de ese presente que tendrás. Sólo y abandonado. Ni la soledad te acompañará, porque la muerte la tendrás en vida. Ya sentenciado estás, desde el momento en que te burlaste de lo que ofrecí y no supiste aceptar.

Noemí Mocco
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Julio 2017