CUANDO SE LLAMA AMOR
Me miras, recorres mi cuerpo observando cada milímetro de mis contornos,
mientras
tus manos, moldean como artesano cada rincón que se ofrece sin reparos.
Tus dedos son mariposas aleteando suaves sobre mi piel, adoradores de la
tersura que experimentan.
Y me sorprendes, porque no ves el paso de mis años,
Ni las cicatrices que han marcado mi cuerpo en la
lucha que éste libró para aferrarse a la vida, para sobrevivir a pesar de los
intentos que hizo la muerte obstinada.
Tú me ves preciosa, perfecta, una diosa, me coronas
tu reina y te arrodillas a mis pies, cual Príncipe de sueños, ofreciéndome la
vida que es tu Reino.
Y me emocionas, me enamoras, y te miro, con mis
ojos de miel, que al igual que los tuyos no ven que el tiempo ha pasado, te ven
más allá de todo, y te abrazo, te acaricio, te siento mío, huelo tu piel, y te
beso con un beso tierno.
Y me abrazas y te abrazo, y no existen los años,
somos solamente vos y yo, dos locos que le escriben al amor, sintiendo y
viviendo que este sentimiento va más allá de todo, del tiempo, de la distancia,
de los años, de los defectos y errores.
Porque no existe nada que empañe, que destruya o se
interponga entre dos, cuando la palabra que resume el sentimiento, se llama
AMOR.
Noemí
Mocco
derechos reservados