VIRTUAL 

Tenían sexo virtual. Calentura del momento, sólo eso nada más.

Ella se excitaba de tanto en tanto en las noches, lo buscaba, lo provocaba, se relamía ante la pantalla, de un lado a otro paseando su lengua por sus labios pintados de rojo. El la veía desnuda, jadeante y necesitada de algo que la saciara. Así de tanto en tanto él calmaba sus ganas, sin tocarse, sin caricias, sin besos, sin nada, sólo la calentura del momento ante la pantalla. Luego, todo se apagaba, las luces de la calle iluminando la cama, donde la soledad era compañera única de tantas noches marcando que a su lado no había nada. Él mientras tanto encontró un amor de verdad, ese amor que se puede tocar, abrazar, besar y hacer el amor de mil maneras, con verdaderas ganas, donde la calentura se convierte en sentimiento real, sentimiento que lo eleva y lo hace sentir que está vivo.

Ella aún espera frente a la pantalla que ésta se encienda, que él aparezca y la ame como ella quiere que suceda. No se da cuenta la pobre que para él sólo fue una experiencia más entre tantas experiencias. Que hoy él tiene una vida real que lo alimenta, lo contiene y lo hace sentir un hombre con todas las letras, porque él se ha enamorado de alguien que es real, lo abraza y lo besa.

El apagó la pantalla, no se acuerda de ella, no recuerda su nombre, donde vivía, ni quien era. Ella sigue sentada frente a la fría pantalla, enloqueciendo de pura tristeza.

Noemi Mocco

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