CORTEJO DE SUEÑOS
Apenas la vio, quedó absorto de su sonrisa, de sus
ojos, su mirada, de su boca. Sediento de amor la besó, acarició sus sonrojadas
mejillas y la amó. La amó, como un amante devoto de
esa mujer entregada totalmente. La besó lentamente en suave cortejo de sueños.
Se fundieron amalgamando sentimientos. La realidad lo devolvió a la vida. La
miró como un niño confundido. La besó en la frente, dulcemente, y se fue sin
decir adiós para nunca más volver.
Noemí Mocco.
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