SENTIMIENTOS DEL ALMA Sentimientos… Los tuyos, los míos. Sentimientos que abrazan, sentimientos que

jueves, 21 de abril de 2022

                     NO EXISTIR

Todo se había nublado, desaparecieron las luces de todas las esperanzas que había recolectado en una pequeña cajita de pequeñísimas posibilidades de poder ser feliz, sí, feliz aunque sea por unos breves segundos en su insignificante vida.
De pronto todo fue lo mismo, pasado y futuro se conjugaron en un presente vacío de destruidas emociones, sí, destruidas, boicoteadas por la incomprensible realidad etérea, sí, etérea. De repente no supo que fue real y que no lo fue, que imaginó, que soñó, que vivió realmente, que pesadilla desató la locura de lo inexcusable.
Ya nada importaba, todo era lo mismo, el presente no existía, por eso no correspondía su permanencia en ese lugar donde sentía que molestaba, que estaba demás, fastidiando, incomodando a muchos y espantando a otros.
En un momento no sintió su cuerpo, solo su mente guiaba los movimientos mientras sus ojos observaban a sus manos abrir las llaves de un gas silencioso y perverso.
La razón se había ido, dejándola a la deriva y una sonrisa llena de ternura le hizo una caricia a su corazón cansado de sufrir.
Con un gesto lento sus manos se posaron en su pecho presionándolo suavemente en consuelo de la decisión tomada, única puerta de escape a lo que ya no quería oír ni ver más.
Recostándose en su cama se abrazó dulcemente, último mimo desesperado de amor.
Su mente quedó en blanco, ya nada existiría, no habría reproches ni culpas, no tendría explicaciones que dar, sus errores se borrarían, todo quedaría atrás.
No había lágrimas, ni recuerdos, ni pensamientos, solo la espera de un sueño tranquilo donde podría soñar con libertad. Se quedó quieta oyendo la permanente música del gas que danzaba por los rincones invitándola a bailar, aceptando ella encantada la melodía que adormecía su conciencia extraviando la lógica que no la dejaba pensar.
Pero recordó a alguien, a esa persona a quien ella amaba de verdad, pensó con su último resabio de razón, en que debía despedirse, decirle adiós. Con mucha dificultad marcó su número en el celular y al escuchar su voz se estremecieron sus fibras más íntimas, esas que marcan el dolor, las que desgarran el alma, las que inundan los ojos volcando afuera las suplicas del perdón.
Entonces habló de sus tristezas, se confesó como si se lo contara a Dios, buscó aferrarse a ese hilo de esperanza, abrazarse a su amor. Se dejó guiar por aquella voz que le hablaba muy calmadamente y obedeciendo sus consejos desandó los pasos que marcaron la locura y la decepción, vislumbrando a lo lejos, aquella luz que podría encender nuevamente la esperanza de renacer a un mundo diferente, con sensaciones nuevas que la lleven a lo que siempre buscó, un poquito de cariño, de paz, de pleno amor.
Cerró el paso del gas, abrió puertas y ventanas, vomitó las amarguras, se aferró fuertemente, incondicionalmente a quien le mostró que es posible vivir el amor.
Y ella, entre cortados llantos supo al fin que Dios o el universo siempre da otra oportunidad, que todo es posible, que hoy el presente existe y se llama amor, amor con mayúsculas, donde crecen alas de libertad.
NOEMÍ MOCCO
derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario